Blitz Psicología

Creencias negativas asociadas con ir a terapia

En algún momento de tu vida, puede que haya venido a tu mente la posibilidad de ir a terapia, y quizás, de manera casi inmediata, te hayan surgido dudas y creencias asociadas a este hecho, y a pesar de sentirte atado y limitado por tus problemas, hayas optado por la opción de mantenerte tal cual estás. Con este post pretendo ofrecerte un punto de vista diferente y más adaptado a la realidad sobre la psicoterapia, para que si escoges la opción de no iniciar una, estas creencias limitantes no sean las responsables de tu decisión y de mantenerte en tus cadenas.  

1. “Ir a terapia es de débiles”

¿Le dirías a un amigo o familiar que ha decidido empezar una terapia psicológica, que es débil porque no ha podido solucionar sus dificultades? seguramente le harías ver lo valiente que es por hacerlo y le expresarías que está haciendo bien por pedir ayuda profesional. Entonces, cuando se trata de ti mismo, ¿por qué te tratas con tanta dureza? Como bien le dirías a tu ser querido, dar el paso de ir a terapia denota una gran valentía y fortaleza personal. Supone abrirse a otra persona y a uno mismo, dejar que vea y ver lo más vulnerable y profundo de uno, mirarse con ojos verdaderos y abiertos, ver lo que muchas veces queremos eliminar y negar, conocernos, identificar aspectos dolorosos de nuestro pasado y conectar de nuevo con ellos en nuestro presente, aprender nuevos funcionamientos rompiendo con viejos hábitos aplicados durante años, esforzarse diariamente, trabajar duramente, y caer y levantarse con esfuerzo a lo largo del proceso terapéutico sin dejar de luchar y trabajar. ¿Crees que todo esto se asemeja a la definición de debilidad?

2. “Si vas a terapia, significa que estás loco, la terapia es solo para personas con trastornos mentales”

La palabra “loco”, no tiene ninguna connotación científica ni está recogida en los principales manuales diagnósticos de psicología, medicina o psiquiatría. Es únicamente una denominación social despectiva asociada al desconocimiento sobre la profesión y la psicología humana. Plantéate lo siguiente: ¿si vas al médico significa que eres débil físicamente? Si vas al fisioterapeuta ¿significa que tu cuerpo no sirve y que no podrás moverte ni funcionar? Si vas al dentista ¿significa que todos tus dientes están enfermos y habrá que sacarlos? Te planteo estas preguntas, para que las equipares a la aseveración tan extrema de esta creencia. Cuando una persona decide empezar una terapia psicológica, es porque hay algo de sí misma o de su vida que quiere mejorar, no le funciona o le genera malestar. Puede que necesite ayuda para tomar decisiones relevantes que no se ve capaz de tomar. Puede que esté atravesando un duelo y necesite ayuda para superar la pérdida de un ser querido. Puede que se sienta mal consigo mismo y quiera mejorar su autoestima. Puede que tenga dificultades para relacionarse con su pareja, o con sus hijos, puede que la persona tenga depresión, ansiedad o fobia social. Puede que lleve a cuestas una experiencia traumática de su pasado que limita su presente. Podría exponerte miles de casos concretos, y ninguno de ellos se catalogaría dentro de la concepción de “locura”. Tanto en el caso de personas que no cumplen criterios para un diagnóstico clínico, como las que sí lo hacen, hablaríamos de personas con problemas psicológicos o emocionales que buscan ayuda profesional para encontrarse mejor y tener una vida más satisfactoria, persona con dificultades para gestionar algún aspecto de su vida o de sí mismos, personas que simplemente quieren mejorar y cambiar hábitos disfuncionales y autolimitantes. ¿Evitarías ir al médico si te duele el estómago o cualquier otra parte de tu cuerpo? Sería poco acertado no hacerlo ¿verdad? entonces, ¿por qué olvidarnos de nuestra salud mental y no acudir a un profesional especializado en ello cuando lo necesitamos?

3. “Los demás me juzgarán si se enteran de que voy al psicólogo”

Vivimos en una sociedad en la que priman la imagen y la aceptación social, por ello, no es difícil que esto se extrapole al hecho de ir al psicólogo. No te critiques si has pensado algo semejante en alguna ocasión, no es fácil alejarse de una tendencia tan sumamente marcada.

Cuando acudes al médico o al dentista, ¿piensas que serás juzgado por ello? ¿Por qué entonces lo pensamos si vamos al profesional de la salud psicológica? ¿Crees que es más importante la salud física que la mental? ¿Objetivamente crees que la opinión de otra persona es comparable con el hecho de mejorar tu vida y conseguir tener salud y bienestar psicológico? Recuerda, la opinión de otra persona no deja de ser solo un pensamiento o interpretación subjetiva de algo, no una realidad exacta y objetiva. Si tú no priorizas y cuidas tu salud mental, ¿quién lo hará por ti?

4. “Si voy a terapia, cambiarán mi personalidad, me comerán el coco y me convertiré en alguien que no soy”

El objetivo de la terapia no es cambiar la esencia de la persona, su personalidad o lo que la hace ser quien es. El objetivo más bien consiste en identificar patrones de pensamiento, emociones y conductas disfuncionales que limitan y perjudican a la persona, para cambiarlos por otros más funcionales y adaptativos. Se trata de identificar fortalezas y debilidades de la persona, con el objetivo de aceptar incondicionalmente ambas como parte de uno, para después aprender a potenciar las primeras y trabajar para disminuir o flexibilizar las segundas. En ningún caso se trata de eliminar por completo dichas vulnerabilidades, esto no sería realista, ni positivo. Nuestras fortalezas y debilidades forman parte de quienes somos, por lo que eliminar todo ello de manera radical, supondría borrar parte de nuestra existencia.

5. “Si voy a terapia acabaré medicado”

Nuevamente, existe confusión en relación a lo que es un psicólogo. La función del psicólogo no es medicar a las personas, de hecho, no tiene la capacidad ni se le está permitido hacerlo, al ser ésta responsabilidad únicamente de un médico especialista en salud mental, es decir, de un psiquiatra. Psicólogo y psiquiatra no son profesionales semejantes, el primero ha estudiado la carrera de Psicología, y el segundo la Medicina, especializándose posteriormente en Psiquiatría o Salud Mental.

En ocasiones, el psicólogo puede considerar relevante derivar a la persona que está tratando, al servicio de salud mental, valorando la posibilidad de la importancia de una combinación de tratamiento farmacológico y psicológico, para ayudar mejor a la persona y sacarle el máximo rendimiento a la terapia. En muchos casos, fundamentalmente en el caso de ciertos trastornos mentales, la sinergia de ambos tratamientos, es altamente efectiva e incluso imprescindible.

En la mayor parte de los casos (salvo en trastornos mentales crónicos específicos) el tratamiento farmacológico no dura más de unos meses, para después ser retirado progresivamente, cuando la persona alcanza una óptima mejoría terapéutica.

6. “Si cuento todo lo que realmente pienso o me pasa, me encerrarán en un psiquiátrico”

Los casos en los que los psicólogos recomendamos un ingreso hospitalario de nuestros pacientes, son casos graves en los que la salud o la vida de la persona está seriamente en peligro. Son casos en los que se ponen en marcha recursos de emergencia y de intervención en crisis para asistir a la persona lo antes posible.

Estos ingresos  no suelen durar más de pocos días, y en ellos, se estabiliza a la persona a nivel químico y médico. Una vez la persona se encuentra estable y los médicos consideran que no existe riesgo para su vida, se procede a su alta médica, y vuelve a su entorno, para continuar con su vida y su terapia psicológica.

Por tanto, el poder recurrir a los servicios de salud mental a nivel hospitalario, es un importante recurso que ha ayudado a muchas personas a preservar su vida en momentos de crisis.

7. “La terapia es muy cara, no puedo permitírmela, es solo para ricos”

Muchas veces la terapia es vista como algo inaccesible, y descartamos dar el paso, porque consideramos que supone un gasto demasiado grande que no merece la pena. Plantéate lo siguiente: ¿cuánto vale para ti tener herramientas de por vida para tener una mejor salud mental, un mejor ajuste a tu entorno, unas mejores relaciones sociales, de pareja y familiares, una mejor relación contigo mismo, una adecuada gestión de tus emociones, y en definitiva, un mejor bienestar psicológico? La terapia te dota de recursos a los que poder acceder el resto de tu vida para poder sentirte mejor, lo cual te ayudará a conseguir otras muchas cosas relevantes para ti, que sin salud mental, sería complicado obtener. Piensa en la cantidad de problemas que te ahorrarás si aprendes a trabajar en ti mismo y a gestionarte de forma más saludable. Teniendo en cuenta estos factores, el coste parece ahora un poco más razonable.

Es posible acceder a asociaciones que ofrecen terapia psicológica para personas con bajos recursos económicos, al igual que a veces las compañías médicas cubren algunas sesiones o en su totalidad e incluso algunas empresas subvencionan los gastos de la terapia.

8. “He tenido malas experiencias con los psicólogos, son todos unos vende humos”

Puede que hayas tenido alguna mala experiencia con algún psicólogo, en la que no te hayas sentido escuchado, validado o entendido. Si éste es tu caso, recuerda lo siguiente: que algo malo te haya sucedido en algún momento de tu vida, no significa de manera inflexible que deba volver a ocurrir. No hagas que tu pasado determine tu presente. La generalización es una distorsión del pensamiento muy común y limitante. No todos los psicólogos serán iguales ni congeniarás con ellos de la misma manera, al igual que no todos los médicos lo harán, ni todos los chefs, ni todos los cantantes. La psicología es algo muy personal, y al igual que no cuadras o armonizas con todas las personas del mundo, es probable que a veces, no te sientas del todo a gusto o te cueste establecer un vínculo adecuado con tu terapeuta.

Existen muchos tipos de orientaciones de terapia dentro de la psicología, puede que no hayas dado con la más adecuada para ti, por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual, orientación empleada de forma preferente en Blitz Psicología, está ampliamente validada científicamente y es una de las formas de terapia más estudiada, para multitud de problemas y trastornos psicológicos.

No te desanimes, esto es algo que puede lograrse y existen cantidad de psicólogos muy profesionales que pueden ayudarte.

9. La terapia no solucionada nada, es un engaño

El efecto positivo de la terapia psicológica, está ampliamente validado científicamente. La terapia realmente ayuda a las personas a mejorar su calidad de vida y bienestar psicológico. A través de ella, aprendemos a conocernos a nosotros mismos,  entender de dónde vienen nuestras limitaciones, problemas y dificultades, ponerle nombre a nuestras vulnerabilidades y puntos débiles, desarrollado herramientas para hacerlas menos limitantes, comprender y regular nuestras emociones, relacionarnos mejor con nuestro entorno, y en definitiva, logar un mejor ajuste psicológico y salud mental.

10. “No tengo tiempo para ir a terapia, tengo un horario muy ajustado”

El tiempo no debe ser una excusa para no ir a terapia. Hay psicólogos con amplios horarios de atención, incluso en fin de semana. Por otra parte, la terapia online está ampliamente instaurada en muchos centros de psicología, para atender a las personas que disponen del tiempo justo para poder recibir ayuda profesional. Podrás recibir terapia desde cualquier parte, y en casi cualquier horario. Por último, no es necesario acudir todas las semanas a terapia, si tu tiempo, trabajo u obligaciones no te lo permiten, puedes escoger una modalidad quincenal, o incluso mensual.

11. “El tiempo lo cura todo, todo pasará si espero lo suficiente”

Con los problemas psicológicos, ocurre lo contrario, y en lo que respecta a tu salud mental, el tiempo puede jugarte una mala pasada. Con el tiempo, si no ponemos remedio, los problemas y dificultades  se intensifican, aumentan y empañan más áreas de nuestra vida. Recuerda que no es necesario esperar a estar hundidos para acudir a terapia, de hecho cuanto antes empieces, antes comenzarás a mejorar tu situación psicológica. Esto no significa que si has tardado mucho en dar el paso, estés perdido y no haya nada que hacer, ya que nunca es tarde para empezar, y siempre puede trabajarse satisfactoriamente, pero piensa que cuantos mas años pases aplicando unos hábitos, más te costará deshacerte de ellos. No esperes más, da el paso, las cosas solo pueden ir a mejor.

12. “Los psicólogos solo escuchan, para eso le cuento mi vida a un amigo que me conoce mejor”

La terapia psicológica no se basa únicamente en escuchar a las personas. Esta es una idea basada probablemente en una concepción simplista de las tradicionales sesiones de psicoanálisis. Los psicólogos recabamos información, y no más de la necesaria, para establecer un diagnostico o comprensión adecuada de la persona y sus problemas, aplicando instrumentos de recogida de información para los que hemos sido formados, con el fin de establecer un adecuado tratamiento adaptado a la persona.

Por otro lado, un amigo o ser querido, sin ninguna duda podrá aportarnos comprensión, apoyo y cariño que nos harán sentir alivio, pero, la alta implicación emocional, hará que su punto de vista no sea objetivo, al mismo tiempo, que no poseerá los conocimientos necesarios para tratar psicológicamente a una persona, comprender los orígenes de sus problemas o bloqueos, y establecer e implementar un tratamiento específico. Por ello, nuestros amigos o familiares no serán las personas más adecuadas para tratar de forma oportuna nuestros problemas psicológicos.

13. “El objetivo de la terapia es aprender a pensar en positivo y ser optimista”

El objetivo de ir a terapia no es que la persona pase de un extremo negativo a otro positivo. Continuamente nos encontramos con estresores, dificultades y problemas, y el tener una visión positiva de ello, no hará que los enfrentemos de manera satisfactoria. La meta es aprender a afrontar las dificultades de la vida de manera objetiva, adaptativa y saludable, dejando de lado recursos autolimitantes.

14. “La mejora debe llegar rápido, debo notar cambios desde el principio, si no, significa que la terapia no funciona o que mi psicólogo no es bueno”

La terapia es un proceso lento que lleva tiempo. ¿Cuántos años llevas pensando, sintiendo y actuando como lo haces? Aprender nuevas maneras de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno no es fácil, e implica luchar y corregir diariamente y con esfuerzo, viejos hábitos y patrones altamente instaurados durante años. Debemos ser objetivos y entender, que interiorizar y aplicar de manera consistente nuevos funcionamientos, lleva su tiempo y su práctica. Los psicólogos no somos magos y no tenemos poder, ni es nuestro objetivo, cambiar a las personas de un día para otro. Debemos tener paciencia con nuestro proceso terapéutico. Si trabajamos diariamente y confiamos en la terapia, los cambios llegarán de forma progresiva.

15. “La terapia dura toda la vida. Los psicólogos solo quieren mantenerte el mayor tiempo posible para sacarte el dinero”

Como he mencionado anteriormente, la terapia es un proceso lento que lleva tiempo, pero no es un proceso interminable. Cada persona tendrá unas demandas y necesidades diferentes, al igual que problemas y dificultades distintos, en función de lo cual,  su proceso terapéutico tendrá una duración u otra. Hay problemas que se solucionan en pocos meses, otros requieren algunos más y en otros casos, como ocurre con determinados trastornos mentales, se requerirá de años, pero la característica común, es que los psicólogos pretendemos que la persona logre sus objetivos y mejore sus dificultades, en el menos tiempo posible, gestionando su vida de manera independiente.

16. “Hablar de mi pasado es una pérdida de tiempo y de dinero, los problemas los tengo ahora”

Somos en el presente lo que hemos aprendido y vivido en el pasado. Antes de comenzar un tratamiento psicológico específico adaptado a la persona, los psicólogos necesitamos conocer a la persona que tenemos delante. ¿Serías  capaz de conocer profundamente a una persona, sus debilidades y patrones más disfuncionales y el origen de ello, solo con una o dos horas de conversación? Seguramente la respuesta sea no. Los psicólogos no tenemos dotes adivinatorias, y como seres humanos que somos, no tenemos la capacidad de comprender en su totalidad el funcionamiento de una persona en una o dos sesiones, a pesar de que tratamos de conseguirlo en el menor tiempo posible. Necesitamos un tiempo concreto para poder comprender bien a la persona y sus problemas, relacionando toda la información recogida, para ser devuelta para su comprensión e interiorización.

En la terapia, la etapa de evaluación, la cual implica conocer la historia de vida y familiar de la persona, entendiendo sobre todo cómo fueron sus relaciones de apego, es seguramente la más importante de todo el proceso terapéutico, ya que si no entendiéramos a la persona en su totalidad, el tratamiento y los cambios, serían superficiales y limitados en el tiempo. La comprensión adecuada y profunda del problema, facilita el cambio.

17. “El psicólogo me hará preguntas que no me gustan y me obligará a responder”

Es normal que en ocasiones no quieras hablar de algún tema en concreto con tu terapeuta, porque no estés preparado/a o porque no tengas aún la suficiente confianza. Ir a terapia, supone abrirse a una persona que no es de tu círculo de confianza, lo cual no es fácil.

Cuando te sientas de esta manera, siéntete libre de comunicarle a tu psicólogo que aún no estás preparado para hablar de ello, y que le avisarás cuando puedas hacerlo. Nunca serás obligado en terapia a hablar de cosas para las que no estés preparado. Recuerda, la terapia debe ofrecerte un entorno de seguridad en el que siempre seas respetado.

18. “Los psicólogos te manipulan, te dicen su opinión personal y te dicen lo que tienes que hacer”

Como hemos comentado anteriormente, el psicólogo no es un amigo o familiar, por lo que su función no es darte su opinión sobre tu problema ni decirte lo que tienes que hacer. El objetivo de todo psicólogo, es hacer ver a la persona a través de preguntas socráticas y descubrimiento guiado, lo que le hace daño o perjudica, para progresivamente identificar maneras más saludables de pensar, sentir y actuar. La persona siempre será libre de actuar y tomar las decisiones que considere en su proceso terapéutico.

Los cambios y las decisiones deben ser tomadas de manera independiente por la persona, si no, será difícil que al finalizar la terapia, haga una atribución interna de su mejoría, creyendo que es el psicólogo el que ha solucionado sus problemas. Si esto sucede, el psicólogo habría fracasado en uno de sus principales objetivos: ayudar a que la persona se sienta independiente y capaz de enfrentar su vida.

En el Código Deontológico de actuación profesional de todo psicólogo,  no se nos permite juzgar ni manipular a la persona en nuestro propio beneficio.

Es importante que sientas que el poder y el control es tuyo, el psicólogo es un profesional que te acompaña y guía, pero nunca será tu dueño ni quien dicte lo que debes hacer.

19. El psicólogo tiene que solucionar mis problemas, yo no tengo que hacer nada. Si no mejoro es por su culpa

La terapia, sobre todo algunas orientaciones como la cognitivo-conductual, es un proceso activo, que requiere de manera imprescindible la participación de la persona en su propio proceso de cambio. Como hemos mencionado, los psicólogos no somos magos ni tenemos poderes especiales como para lograr que la persona cambie su vida y adquiera bienestar psicológico. Si la persona no toma el control de su propio proceso, no asumirá el cambio y la mejora como propia, sino que la adjudicará a su terapeuta. El objetivo es que la persona aprenda con el tiempo a ser su propio terapeuta.

Estudios científicos muestran que el 60 por ciento de la mejoría terapéutica depende de variables relacionadas con el paciente, el 20 por ciento depende de las habilidades del terapeuta y el otro 20 restante, de las técnicas. ¿Sigues creyendo que posees un papel pasivo en tu proceso de cambio y que la responsabilidad de mejora es únicamente de tu psicólogo? Si tú no te responsabilizas y aplicas diariamente lo que ves en terapia, el tratamiento estará  incompleto. ¿Cuántas horas ves a tu psicólogo a la semana? ¿Y el resto del tiempo, quién es el que está solo consigo mismo y bajo quien está la responsabilidad de su vida?

20. “Cuando termine la terapia, no podré seguir solo/a, siempre dependeré de mi terapeuta”

Recuerda que uno de los objetivos principales, y requisitos indispensables para dar el alta a una persona en terapia, radica en que sea independiente y capaz de enfrentarse solo a las dificultades que le depare la vida.

Es normal que al finalizar un proceso terapéutica se sienta miedo, miedo a enfrentarse al mundo sin el profesional que te ha acompañado durante tanto tiempo, miedo a no saber usar todo lo que se ha aprendido, miedo a olvidar lo que se sabe, miedo a no poder volver a terapia si se necesita, y miedo a recaer. Cuando has sido sostenido durante tanto tiempo por tu terapeuta, es normal sentir cierta sensación de abismo al despediros, pero no temas, si tu terapeuta ha considerado que estás preparado para continuar de manera independiente, confía en que es la decisión adecuada.  

Tu terapeuta y tú, realizaréis juntos un plan de prevención de recaídas que te ayudará a enfrentarte a las situaciones problemáticas que se te puedan presentar, recopilando en este plan, todas las herramientas psicológicas aprendidas durante tu proceso. Esto te ayudará a tener a mano un plan de acción cuando lo necesites.

Las puertas de tu terapeuta nunca estará cerradas para ti, siempre podrás regresar cuando lo necesites, pese a que el objetivo, como supondrás, no es recurrir a este a la mínima de cambio, recuerda todo lo que sabes y confía en que sabrás aplicarlo sea necesario.

Espero que este post te haya ayudado a cambiar tu percepción sobre la terapia psicológica, y si estás pensando en buscar ayuda profesional, estés ahora un poco más abierto a esta posibilidad y a dejar atrás tus cadenas. Si es así, en Blitz Psicología estaré encantada de acompañarte en tu proceso terapéutico.

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Nieves Recio Blitz

Fundadora y psicóloga de Blitz Psicología. Psicóloga especialista en psicología clínica desde la orientación cognitivo-conductual, con atención presencial y online.