Blitz Psicología

¿Qué son las emociones y para qué sirven?

En este post me gustaría hablaros de las emociones, qué son, para qué sirven y cómo podemos usarlas para nuestro propio beneficio y mejor adaptación psicológica.

Imagina por un momento, que por motivos de la vida, tienes que adentrarte en una selva. Una vez allí, te topas con los habitantes de una tribu, los cuales te entregan seis herramientas para poder sobrevivir mejor en ese desconocido lugar. Algunas de esas herramientas, son muy pesadas, desconoces su uso, o las consideras arcaicas, decidiendo que prescindirás de su uso, considerando que con lo que sabes, será suficiente.

¿Crees que esta decisión sería adecuada? ¿estarías actuando de manera inteligente? La respuesta a esta pregunta es NO. Las herramientas a las que hace alusión esta breve historia, son nuestras emociones. Cuando dejamos de utilizar nuestras emociones y hacemos uso únicamente de nuestra parte más racional, no actuaremos de forma inteligente, al dejar de lado herramientas que se nos han otorgado de manera innata para sobrevivir mejor en nuestro entorno. Lo más inteligente sería hacer un uso equilibrado entre razón y emoción, sin prescindir de ninguna de ellas. En este post intentaré mostrarte una visión de las emociones orientada a su uso inteligente y a evitar su rechazo, con el objetivo de acogerlas como parte innegable e imprescindible de cada ser humano, viéndolas como aliadas y no como enemigas. 

 Os enseñaré una metáfora que puede ayudarnos a comprender mejor lo que son las emociones y para qué sirven, la metáfora de las llaves:

Nuestras emociones son como llaves. Las llaves abren puertas. Las puertas que abrirían nuestras emociones, serían puertas de aprendizajes relevantes para nuestra supervivencia. Algunas de estas llaves, son suaves, agradables (emociones positivas), pero otras, llevan incorporadas espinas, y nos duelen al cogerlas (emociones negativas), pero todas ellas, sean de un tipo o de otro, son necesarias para abrir puertas de aprendizajes. Las llaves suaves, nos gustan, nos agradan, por lo que no tenemos problema en cogerlas, mirarlas, sentirlas y usarlas para abrir puertas. Pero las llaves con espinas nos duelen, nos hacen daño, por lo que optamos muchas veces por evitarlas y no tenerlas en cuenta. El no tenerlas en cuenta nos hace sentir alivio a corto plazo, pero a medio y largo plazo, lo que conseguimos es privarnos de un aprendizaje muy importante para nuestra vida. Si actuamos a través de la evitación, finalmente acabaremos creándonos una coraza,  para evitar que las espinas nos atraviesen. Esto es positivo a corto plazo, porque evitamos el dolor, pero a medio y largo plazo, como hemos mencionado, es muy perjudicial, al privarnos de aprendizajes y experiencias muy valiosas para nuestro crecimiento personal. Es importante, poco a poco, ir haciendo agujeros a esta coraza, para dejar pasar la luz del aprendizaje emocional, aunque duela.

Lo que nos expresa esta metáfora, es que las emociones son herramientas necesarias que nos informan de algo y nos abren la puerta hacia aprendizajes relevantes para nuestra supervivencia. Estas herramientas a veces pueden ser desagradables, pero no por ello dejan de ser necesarias e imprescindibles para nuestro adecuado ajuste al medio.

¿Qué son las emociones y qué funciones tienen?

Cuando no entendemos nuestras emociones, sobre todo las negativas, no sabemos por qué aparecen o no tenemos conocimientos o herramientas para poder gestionarlas de manera eficaz, surge en nosotrxs la necesidad de querer quitárnoslas de encima, porque nos resultan tremendamente desagradables. 

Nacemos con capacidad innata para sentir emociones y usarlas para nuestra mejor adaptación al medio, pero esta capacidad no siempre es aprendida y desarrollada de manera adecuada. El primer escenario en el que nuestro mundo emocional empieza a desarrollarse, es el de nuestras primeras relaciones de apego. Si crecemos en ambientes de seguridad, con modelos adecuados de regulación emocional y en los que nuestras emociones son sostenidas y atendidas de manera eficaz por nuestras principales figuras de apego, aprenderemos que nuestras emociones son importantes, y desarrollaremos la capacidad para hacer un uso inteligente de éstas. Por el contrario, si el entorno en el que crecemos no es seguro, nuestras emociones no se atienden, se invalidan e incluso castigan, lo más seguro es que nuestro desarrollo emocional se vea afectado en algún punto. Puede que aprendas que las emociones no son importantes, que es mejor guardárselas para unx mismx o que solo nos hacen sentir mal.

Todas y cada una de las emociones que somos capaces de sentir, tienen una función y son necesarias para nuestra supervivencia. Puede que en algún momento de tu vida, hayas pensado que ojalá no sintieras emociones negativas, ya que éstas solo sirven para fastidiarte y hacerte daño. Pues bien, te diré que esto es totalmente contraproducente y de hecho si esto tuviera lugar, lo que conseguirías sería adaptarte de manera disfuncional e incompleta a tu entorno. Todas las emociones son necesarias y nos informan de algo imprescindible para nuestra supervivencia.

Las emociones cumplen diferentes funciones:

  • Nos ayudan a adaptarnos al entorno y a sobrevivir.
  • Nos informan de lo que necesitamos.
  • Nos informan de que está ocurriendo algo importante para nuestro bienestar, ayudándonos a hacernos cargo de la situación.
  • Nos ayudan a acercarnos a lo positivo.
  • Favorecen la conducta dirigida a metas.
  • Nos informan del estado emocional propio y ajeno.
  • Nos ayudan a entender el comportamiento.
  • Nos ayudan a comunicarnos. 
  • Dirigen nuestra atención hacia los acontecimientos más relevantes.
  • Dirigen la acción.
  • Nos motivan para resolver los problemas o situaciones que se nos presentan.

Para poder emplear nuestras emociones de manera inteligente y útil, tendremos que aprender a ascender una serie de escalones, que os ejemplificaré mediante lo que llamo «la escalera de la conciencia emocional»: 

  • Percibir: reconocer e identificar nuestras sensaciones y cambios corporales (cambios en el ritmo cardíaco, aumento de la sudoración, cambios en la tensión muscular, sequedad en la boca, etc). Toda emoción tiene una manifestación fisiológica y corporal determinada. Estos cambios fisiológicos, incluso siendo intensos o desagradables, no tienen por qué ser patológicos, si no que por lo general, se consideran respuestas adaptativas del individuo a las demandas de la situación. 
  • Identificar: ponerle un nombre a mi emoción y a la de las otras personas.
  • Comprender: entender por qué ha aparecido y lo que nos está queriendo decir. Las emociones no son acontecimientos aleatorios, siempre tratan de decirnos algo. EL objetivo es ser capaces de escucharlas y comprenderlas. 
  • Aceptar: aceptar que ha aparecido, y que si está en nosotrxs es por algo. Aceptar sin juzgar. El objetivo es aceptar todas las emociones que nos vengan, tanto positivas como negativas. No se trata de no sentir emociones, sino de no sentir emociones negativas en exceso o exageradas que nos desborden o controlen. Negar nuestras emociones, puede ser muy problemático.
  • Expresar: dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas de forma eficaz. Expresar, eligiendo la manera más funcional y saludable. Este escalón, es imprescindible, porque toda emoción necesita ser liberada. Si se bloquean las emociones, se evitan, se tragan y no se expresan, la emoción se las arreglará para salir, y en esa ocasión, lo hará de manera más desagradable, o disfrazándose de emociones más vistosas, como por ejemplo, la ansiedad.  Te lo explicaré mediante una metáfora, la metáfora de la manguera: imaginemos que nuestro cuerpo, mente y ambiente son una manguera. La llave de paso es un estímulo. Al abrirla corre el agua (emoción, energía) dentro de la manguera. Por el otro lado de la manguera sale el agua (reconocimiento y expresión de nuestras emociones). Si impedimos la salida del agua, el agua se las arreglará para salir por otros lados: por la manguera, por la canilla, etc, saliendo de manera escandalosa y desagradable, empapando todo lo que hay a su alrededor.
 

¿Qué tipos de emociones existen?

 

En primer lugar, es importante diferenciar entre las emociones positivas (por ejemplo, alegría u orgullo), y las negativas (tristeza, miedo o ira). Que se las denomine de esta forma, no significa que las primeras sean buenas y las segundas malas. Se llaman positivas o negativas, únicamente por las sensaciones que generan en la persona (agradables o desagradables respectivamente), de manera que todas las emociones son necesarias para sobrevivir, siendo herramientas para poder adaptarnos mejor a nuestro medio.

En segundo lugar, nos encontramos con las emociones primarias y las emociones secundarias. Las emociones primarias, son aquellas con las que todo ser humano nace, por ello también se las denomina innatas o básicas. Estas emociones primarias serían seis: alegría, tristeza, miedo, ira, asco y sorpresa. La función principal de estas seis emociones primarias, es proveer nuestra supervivencia y adecuada adaptación al entorno. Las emociones secundarias, derivarían de una mezcla de las primarias y de las experiencias y aprendizajes de la persona, serían por ejemplo, los celos, la vergüenza, el enamoramiento o la culpa. Las emociones secundarías, «ampliarían» a las primarias, con el fin de que lo que sintamos en cada situación, sea más completo.

En este post nos centraremos en hablar de las funciones de las seis emociones básicas o primarias principales:

Miedo

  • Aparece ante amenazas o peligros para la supervivencia de la persona. No tenemos que pensar solo en situaciones extremas, como ser atacados o agredidos, basta con pensar en situaciones cotidianas que supongan un riesgo o amena de algún tipo para la persona, como por ejemplo una exposición importante de trabajo, una entrevista, etc. 
  • El miedo es una alarma ante posibles amenazas o peligros para la persona. 
  • Su función principal es la protección. Activa el cuerpo y la mente para poner en mancha herramientas y recursos que nos lleven a la autoprotección (como por ejemplo, luchar o huir).

 Sorpresa

  • Es la más breve de las emociones.
  • Su función principal es la exploración. Nos ayuda a orientar y centrar la atención ante lo nuevo, desconocido o inesperado.

Asco

  • Su función adaptativa es la de protegernos y alejarnos de lo que nos pueda perjudicar. Nos ayuda a expulsar y alejar lo nocivo. Protege de enfermedades, contagios, etc.

Ira o rabia

  • Su función principal es la defensa o el ataque, para la protección de nosotrxs mismxs y de lo que es importante para nosotros. También ayuda a disminuir el miedo y a impulsar la acción. 

Tristeza

  • Aparece ante situaciones de pérdida.
  • Tiene varias funciones: la reintegración personal, ayuda a reconstruir recursos, a conservar energía, puede funcionar como llamada de auxilio, para acercarnos a los demás para que nos apoyen en momentos críticos, ayuda a reducir sufrimiento, promueve la introspección y la autoconciencia, fomenta la autorreflexión orientándonos hacia posibles soluciones.

Alegría

  • Algunas de sus funciones son las siguientes: afiliación, genera actitudes positivas, optimiza la respuesta cognitiva, la creatividad, la memoria o el aprendizaje, mejora lazos sociales, ayuda en la superación del miedo, y ayuda al autoconcepto.

 

¿Cuándo son patológicas o disfuncionales nuestras emociones?

Como comentaba, todas las emociones son necesarias y nos ayudan a sobrevivir, pero hay ocasiones, en las que se pueden convertir en un problema:

  • Cuando su intensidad es desproporcionada a la situación .
  • Cuando es incoherente con la situación que la ha provocado.
  • Cuando su duración es demasiado larga y no se desvanece.
  • Cuando impide a la persona lograr sus objetivos y metas.
  • Cuando impide a la persona ser funcional y adaptarse a su entorno.
  • Cuando dominan a la persona y monopolizan lo que siente.
  • Cuando bloquean a la persona.
  • Cuando impiden a la persona actuar como lo haría en circunstancias normales. 
  • Cuando provocan deterioro en la vida de la persona. 

Cuando esto sucede, las emociones empiezan a volverse disfuncionales, y en lugar de ayudarnos a sobrevivir y adaptarnos mejor a nuestro entorno, nos perjudican. Es en este momento en el que no estaremos siendo capaces de gestionar y regular adecuadamente nuestras emociones. 

 

Si te cuesta comprender tus emociones, te sientes bloqueadx por ellas, no sabes manejarlas ni expresarlas de manera saludable, no dudes en pedir ayuda profesional. En Blitz Psicología trabajaremos desde el principio con tus emociones, al ser lo más básico del ser humano y al ser su uso inteligente, una herramienta fundamental para el bienestar psicológico.

 

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Nieves Recio Blitz

Fundadora y psicóloga de Blitz Psicología. Psicóloga especialista en psicología clínica desde la orientación cognitivo-conductual, con atención presencial y online.